viernes, julio 16, 2010


Un logro para personas ciegas en Córdoba : Libre acceso para perros lazarillos

viernes, julio 16, 2010

Permitieron por ley que ingresen en edificios y transportes públicos y en centros comerciales

Libre acceso para perros lazarillos

Orlando Andrada
Para LA NACION

Orlando Andrada
Para LA NACION

CORDOBA.- Una de las tantas barreras de la discriminación quedó levantada en esta provincia, fruto de la lucha de una chica no vidente que logró ser escuchada por legisladores que pusieron debida atención a una sentida necesidad social.

Córdoba dictó una ley que posibilita a las personas carentes de visión acceder, circular y permanecer acompañadas de su lazarillo o perro guía a cualquier lugar público, de atención al público, a lugares privados de acceso público y a todos los transportes públicos de pasajeros en el ámbito de la provincia.

“Siento que se ha llenado un vacío legal que teníamos, que se abren nuevas puertas y que voy a poder luchar más por lo que es mío con mi derecho a poder acceder a cualquier espacio público o privado”, dijo a LA NACION Noelia Torres, de 30 años, la protagonista de la historia.

Destacó que se trata de un beneficio “para muchos chicos ciegos que quieren tener sus perros guía y que no se animaban” porque no contaban con un apoyo legal. “Esperamos que esto sirva como precedente para una ley nacional en esta materia, para que los legisladores lo tomen en cuenta”, agregó Noelia.

La joven padeció la ceguera total al cumplir los 18 años, cuando se aprestaba a ingresar en la Universidad Nacional de Córdoba para cursar la carrera de Trabajo Social. Ocho años más tarde, en 2007, obtuvo la licenciatura. Destacó que recibió mucha solidaridad de sus compañeros, sin sufrir discriminación. Mientras tanto, había logrado ingresar en una dependencia estatal como telefonista y hoy, con su título universitario, se desempeña en el área de Discapacidad en el viejo Hospital San Roque.

En los jardines del vetusto edificio, situado en Rosario de Santa Fe y Salguero, LA NACION la sorprendió durante un descanso, en momentos en que se paseaba con Capri, su mano derecha, una perra labradora que trajo en enero de 2009 ya entrenada desde Michigan, Estados Unidos. Debió viajar a aquel país para realizar un curso sobre el manejo con su lazarillo.

Su circunstancial alegría de contar con el sostén de su perro guía se vio desdibujada con los primeros tropiezos. La presencia del animal no era permitida en muchos lugares. En uno de los casos, que tuvo mayor trascendencia, el chofer de una empresa municipal del transporte le impidió subir con Capri.

El caso adquirió notoria repercusión, con variados pronunciamientos. Noelia llevó su reclamo por distintas vías, para conseguir una legislación al respecto.

Uno de los primeros en interesarse fue el legislador democristiano Juan Brügge, que gestó un proyecto para cubrir el vacío legal. En el trámite parlamentario logró el aval de sus colegas del bloque oficialista Unión por Córdoba y el consenso permitió que, finalmente, la Legislatura sancionara la ley pertinente.

Noelia indicó que en el país hay 20 personas ciegas con perros guía y una elevada cantidad que no los tiene debido a las barreras que les pone la sociedad. Por eso, a partir de esta ley, aspira a que el tema se cristalice en el Congreso nacional.

Brügge anhela que la ley “despierte la sensibilidad social porque estos perros son los ojos de los ciegos”.

Explicó que para impulsar el proyecto se hizo eco de la preocupación de la Unión Cordobesa para Ciegos (Ucorci), a la que acudió Noelia, por la falta de legislación que impedía traer perros entrenados desde el exterior para los ciegos, en programas financiados por fundaciones.

Los países aportantes ponen como condición la existencia de normas que regulen la tenencia de lazarillos y la libertad de movimientos junto a la persona no vidente.

Precisamente, la ley sancionada contempla esas cuestiones y también regula la accesibilidad de los perros de asistencia que sirven para la zooterapia, como el caso de niños autistas, explicó el legislador.

La norma permite que personas discapacitadas puedan acceder con sus perros a hospitales, centros comerciales, supermercados y organismos públicos, así como al transporte público.

De todos modos, no cualquier perro puede ser amparado por la ley, que especifica las razas permitidas así como que deben ser adiestrados en centros especializados para el acompañamiento, conducción y auxilio de personas con capacidades diferentes. Además, se exigen estrictos controles sanitarios por médicos veterinarios y se crea un registro en el que los canes deben estar inscriptos.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1268684


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