Lic.Gabriel Federico
La musicoterapia es la disciplina que apela a la cualidad movilizadora de la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) como medio para asistir, en el marco de un proceso terapéutico y con la ayuda de un profesional calificado, a una variada cantidad de necesidades físicas, mentales, cognitivas y sociales.
La música provoca muchos efectos positivos sobre los seres humanos: nos relaja, nos alegra, nos invita a pensar, a recordar, a soñar... los seres humanos tenemos desde siempre, como rasgo característico y distintivo de otras especies, la capacidad de percibir, responder y crear música.
A grandes rasgos, la musicoterapia permite que esta musicalidad funcione de un modo terapéutico, como un vehículo promotor del bienestar, en personas que padecen algún trastorno o enfermedad.
Forma parte del imaginario colectivo la creencia errónea de que la música es un medio curativo en sí mismo. No existe una canción que por sí sola pueda curar una enfermedad. La musicoterapia es una especialidad que utiliza la música y los parámetros musicales como herramienta dentro de un proceso terapéutico en un contexto de comunicación no verbal”.
A no confundirse: cualquier actividad musical (escuchar música, bailar, cantar, improvisar, tocar instrumentos) por ella misma no es musicoterapia. Para que podamos hablar de musicoterapia, estas actividades deben formar parte de un proceso clínicamente determinado por un musicoterapeuta, profesional con conocimientos médicos y musicales cuyo trabajo tiene por objeto, entre otras cosas, que el enfermo vaya tomando conciencia del síntoma que lo está perjudicando.
En la mayoría de los casos, el descubrimiento de la patología suele significar un gran alivio para el paciente.
Vale destacar que en la musicoterapia no se busca la genialidad, la buena técnica o lo estéticamente bello al cantar, mover el cuerpo, tocar o explorar un instrumento, sino la posibilidad que tiene todo ser humano de expresarse y crear libremente.
“La música que se utiliza en las terapias tiene que ver con la historia personal de cada paciente. No es necesario ser experto en el manejo de ningún instrumento; sólo les pedimos que tengan una relación de afinidad con algún tipo de música, la que sea, como para animarse a buscar algo diferente”.
Es importante aclarar que La musicoterapia suma, no reemplaza. Por el contrario, trabajamos en interdisciplina complementándonos con otros profesionales que atienden a nuestros pacientes, ya que consideramos que una mirada sola no es suficiente ni absoluta.
La musicoterapia se diferencia de otras actividades de rehabilitación en que utilizamos a la música como herramienta principal de trabajo convirtiéndola en un puente para alcanzar objetivos. En nuestras sesiones trabajamos con los miembros de la familia (padres, hermanos, abuelos y/o cuidadores) ocupándonos del aspecto emocional y vincular del niño con ellos.
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